El estrés es una sensación que creamos al reaccionar a ciertos eventos. Es la manera en la que el cuerpo se enfrenta a un reto y se prepara para actuar ante una situación difícil con enfoque, fortaleza, vigor y agudeza mental.
El estrés en situaciones de emergencia, como cuando un conductor tiene que frenar su coche repentinamente para evitar un accidente, es natural y ayuda al ser humano a sobrevivir y a reaccionar ante peligros puntuales.
Pero el estrés no es siempre una reacción a cosas inmediatas. Cuando se prolonga en el tiempo y la persona se mantiene tensa y alerta constantemente, por ejemplo después de un divorcio o nuevo trabajo, esto genera infelicidad y malestar a las personas. En este caso, es cuando supone un problema y se debería de buscar ayuda para superarlo.
Fobias.
Son temores intensos a situaciones específicas o a cosas que no son realmente peligrosas, como las alturas, los perros o caerse en un avión. Las fobias normalmente hacen que las personas eviten las cosas que le provocan miedo.
- Fobia social (ansiedad social). Esta intensa ansiedad se desencadena por situaciones sociales o por hablar delante de otros.
- La agorafobia es un intenso miedo a los ataques de pánico que hace que la persona evite ir a cualquier lugar donde sea posible que sufra un ataque de pánico. Suele darse en espacios abiertos y donde hay mucha gente.
Crisis de Pánico. Son episodios de ansiedad que pueden ocurrir sin una razón aparente. Una persona que sufre una crisis de angustia tiene síntomas físicos repentinos e intensos que pueden incluir palpitaciones, sensación de ahogo o falta de aliento, mareo, entumecimiento o sensación de hormigueo causados por una hiperactividad de las respuestas normales del organismo ante el miedo.
Los trastornos de la alimentación implican más que simplemente comenzar una dieta para bajar de peso o tratar de hacer ejercicio físico todos los días. Representan extremos en las conductas alimenticias y en la forma de pensar en la comida: por ejemplo; la dieta no termina jamás y, gradualmente, es cada vez más restrictiva.
Los trastornos de alimentación más comunes son la anorexia y la bulimia. Pero cada vez se identifican con más frecuencia otros trastornos relacionados con los alimentos, como el trastorno restrictivo o selectivo, el trastorno por atracones, los trastornos de la imagen corporal y las fobias a los alimentos.
Anorexia
Las personas con anorexia tienen un miedo real a subir de peso y una visión distorsionada de la forma y el tamaño de su cuerpo. Como resultado de esto, comen muy poco y llegan a tener un peso corporal peligrosamente bajo. Muchos adolescentes con anorexia restringen su ingesta de alimentos haciendo dieta, ayuno o ejercicio físico excesivo.
Bulimia
La bulimia es similar a la anorexia. Cuando una persona tiene bulimia, come en exceso (atracón) y después trata de compensar este exceso con decisiones extremas, como provocarse vómitos o hacer mucho ejercicio para evitar subir de peso. No pueden parar de comer aunque estén llenas, y esto les hace sentir muy mal. Con el paso del tiempo, estas medidas pueden resultar peligrosas, tanto física como emocionalmente. También pueden llevar a comportamientos compulsivos (que son difíciles de detener).
Para tener bulimia, una persona debe tener atracones y purgas de manera regular, al menos una vez a la semana durante un par de meses.
Si bien la anorexia y la bulimia son muy similares, las personas con anorexia suelen ser delgadas y tener bajo peso, pero quienes padecen bulimia pueden tener el peso promedio o sobrepeso.
Trastorno por atracones
Este trastorno de la alimentación es similar a la anorexia y la bulimia porque la persona que lo padece tiene atracones frecuentes (al menos una vez por semana, pero generalmente con más frecuencia). Pero, a diferencia de lo que ocurre con otros trastornos de la alimentación, las personas con trastorno por atracones no intentan «compensar» el exceso purgando los alimentos.
La anorexia, la bulimia y el trastorno por atracones implican patrones no saludables de alimentación que comienzan gradualmente y crecen a tal punto que la persona se siente incapaz de controlarlos.
Trastorno de alimentación restrictivo o selectivo
El nombre de este trastorno es nuevo (en inglés se lo conoce por la sigla ARFID) y algunas personas creen que simplemente significa que la persona es «quisquillosa», pero también puede deberse a una cantidad de otros problemas alimenticios. Las personas con trastorno de alimentación restrictivo o selectivo no tienen ni bulimia ni anorexia, pero aún así la alimentación es un problema y, como resultado, no comen lo suficiente como para mantener un peso saludable.
Los tipos de problemas de alimentación que podrían ser considerados un trastorno de alimentación restrictivo o selectivo incluyen los siguientes:
- dificultad para digerir determinados alimentos
- evitar alimentos con ciertos colores o texturas
- comer únicamente porciones muy pequeñas
- no tener apetito
- tener miedo a comer después de un episodio atemorizante de vómito o atragantamiento
Algunas personas con trastorno restrictivo o selectivo pueden llegar a desarrollar otro trastorno de la alimentación, como anorexia o bulimia.
Problemas para dormir.
Hablamos de trastornos del sueño cuando nos cuesta más de una hora quedarnos dormidos, la media para quedarse dormido es de 15 minutos en adultos. Este problema afecta probablemente a más personas de lo que pensamos, incluso si después dormimos de forma profunda y placentera, ya existe una alteración en términos médicos. Un desencadenante típico son los pensamientos que no nos dejan desconectar y en los mejores casos nos hacen dormir mal y de forma ligera, pero nos impiden llegar a conciliar el sueño profundo durante las primeras horas de la noche.
Trastorno por interrupción del sueño.
Aquí el problema radica en no poder tener un sueño continuo. La persona que lo sufre se despierta varias veces durante la noche y luego no puede conciliar el sueño, en estos casos la razón no siempre es fácil de reconocer, salvo que haya problemas reales y nuestra mente se ponga a pensar en ellos. La falta de sueño por lo general nos conduce a un estado de agotamiento y aturdimiento, en lugar de hacernos sentir frescos y relajados una vez levantados. Una situación que a la larga nos debilita, quien lo padece sufre pesadillas y con frecuencia se despierta sin un motivo aparente.
Apnea del sueño: Pausas de respiración durante el sueño.
Normalmente, respiramos durante la noche de forma automática. Cuando nuestra respiración se para por breves periodos de tiempo, se conoce como apnea del sueño. Eso provoca que quien lo sufre, aunque no se despierte por la noche, por la mañana se levanta agotado, lo que produce una falta de concentración y un cansancio generalizado. Los motivos suelen tener causas orgánicas. En caso de sospechar de padecer apnea del sueño, es importante consultar con un médico.
Insomnio y estrés.
Nuestra época actual se caracteriza por un rápido ritmo tanto en la vida privada como la profesional, cada vez nos exigen más y a la vez nosotros nos exigimos más y el estrés es el resultado. Si sobrepasamos nuestro nivel de estrés a la larga conseguimos que nuestra “psique” se balancee. Estamos nerviosos, irritables y no podemos desconectar bien por la noche. Los resultados pasan de ser un pequeño problema de sueño a ser un insomnio grave. En este caso, la persona necesitaría ayuda para poder descasar bien.
Sonambulismo
En las películas, el fenómeno del sonambulismo es a menudo trivializado y, a veces es retratado como algo divertido. Este fenómeno es en realidad más peligroso de lo que se creía originalmente, el sonámbulo se levanta de la cama dormido y se pone a caminar por la casa sin ser consciente de lo que hace. Sin embargo, no siempre con seguridad. E incluso si todo ha ido bien por la noche, se despierta por la mañana cansado y sin saber qué es lo que ha pasado. Para la persona afectada generalmente no es posible identificar el problema. La mayoría de los sonámbulos saben que lo son o por su familia o por cosas que por la mañana están de forma diferente a como las dejaron por la noche. Ya que no se puede excluir que sea una enfermedad que se genera en el cerebro no está de más consultar a un especialista.
El sonambulismo se produce durante las horas más profundas del sueño y especialmente en el intervalo que va desde la infancia a la adolescencia.
Ciclo óptimo.
La duración óptima del sueño varía de una persona a otra. Algunos necesitan sólo cinco horas y otras necesitan 9 horas de sueño al día. Sin embargo, todos ellos tienen en común que necesitan un ciclo de sueño-vigilia. Lo aconsejable es dormir entre las 12 de la noche y las 7 de la mañana y una media de 8 horas. Sólo si funciona correctamente el cuerpo y la mente podemos relajarnos.
Por lo contrario, los trastornos del sueño tienen un efecto negativo tanto en el rendimiento como en el bienestar, con independencia de los motivos que los ocasionen.
Los problemas laborales son todas aquellas situaciones que generan un conflicto, insatisfacción o dificultad en el trabajo. Puede tratarse de problemas con tu jefe o compañeros de equipo, pero también pueden estar dados por un exceso de carga de trabajo o por no recibir la motivación adecuada.
Los problemas en el trabajo no solo terminan afectando tu productividad, sino que también pueden desencadenar trastornos del estado de ánimo.
Existen diferentes problemas laborales:
- Estrés Laboral: Una excesiva presión en el trabajo puede causarte niveles de estrés elevados, una situación común en los lugares donde se trabaja con fechas límites muy ajustadas o donde se asignan demasiadas responsabilidades y tareas sobre los hombros de los trabajadores.
- Síndromede Burnout o estar quemado, también conocido como síndrome de desgaste profesional. Es común en los profesionales de los servicios que están en contacto permanente con otras personas. No obstante, también puedes padecerlo si estás sometido a horarios excesivos que te impiden descansar y desconectar del trabajo o si tienes que asumir demasiadas responsabilidades que superan tus capacidades. En esos casos, la exposición prolongada al estrés hace que tu mente y tu cuerpo lleguen al límite y ya no puedan asumir las demandas laborales.
- Dificultades en la relación con los compañeros. Los desacuerdos con tus compañeros o los problemas con tu jefe pueden generar un clima de tensión laboral que termine pasándote factura. Puede tratarse de jefes que te hacen la vida imposible por su mala gestión, un ambiente demasiado competitivo que genera roces entre los trabajadores o luchas por el liderazgo entre los compañeros de equipo. A la larga, esos problemas en el trabajo suelen generar frustración y, si no se resuelven, generarán una profunda insatisfacción laboral.
- Mobbing o acoso laboral. Es una violencia psicológica que se ejerce de forma continuada sobre la persona en su lugar de trabajo. Ese acoso puede provenir de tu superior, tus compañeros de trabajo o de la propia empresa. El mobbing genera un clima laboral insostenible ya que recurre a todo tipo de tácticas para minar tu confianza, desde la humillación hasta la difusión de rumores para marginarte, las amenazas de despido recurrentes o incluso ponerte trabas para que no puedas realizar bien tu trabajo.
- Reorientación de la carrera laboral. Sabes lo que no quieres, pero no sabes lo que quieres. Crees que debes cambiar de trabajo, pero no sabes cómo ni cuál es el rumbo que debes seguir. Cuando sufres una desmotivación laboral con tu puesto actual, sabes que debes cambiar pero te resulta difícil reinventarte profesionalmente, lo cual genera un estado de incertidumbre y angustia difícil de sostener durante mucho tiempo.
Sesión individual:
- Online: 50 euros.
- Presencial: 60 euros