En mis sesiones de terapia me encuentro con muchas personas que desean encontrar pareja pero no lo consiguen, ¿por qué sucede esto?
Primero debemos ser honestos(as) con nosotros(as) mismos(as) y contestarnos las siguientes preguntas. ¿Realmente estoy preparada para compartir mi vida con alguien? ¿Realmente quiero una pareja? O el miedo a que me hagan daño, el miedo a sufrir, el miedo a que no me quieran, ¿detiene todos estos deseos y anhelos?
Tener pareja es algo más sencillo de lo que parece.
El ser humano es un ser social y está programado genéticamente para vivir en familia y por naturaleza tiende a juntarse con otros seres humanos para compartir su vida. Pero esta sociedad nos lleva a todo lo contrario, a trabajar, al individualismo, a no tener tiempo para compartir y disfrutar, a estar desconectados(as) de nosotros(as) mismos(as). Es por ello que cuando nos damos cuenta de que estamos solos(as) parece que ya sea un poco tarde, pero nunca es tarde.
La clave está en cuidarnos y amarnos sobre todas las cosas. Habrá quien piense, que eso es egoísmo, pero NO, no lo es. Si no nos amamos y cuidamos, ¿cómo va a hacerlo otra persona? Y esto es el principio de la dependencia. Como nosotros(as) no lo hacemos, esperamos a que venga otra persona y lo haga por nosotros(as), y si no lo hace, aparece el sufrimiento.
Cuando yo me siento feliz, me siento pleno(a), conectado(a) con mi ser, resulto muy atractivo(a) para los(as) demás. La gente percibe mi luz, mi energía y mi bienestar, y esto es lo que hace que se interesen por mí.
Si por el contrario yo estoy gris, apagado(a), con miedos; la gente se va a alejar de mí o no me va a ver.
Por eso, antes de salir a buscar una pareja o antes de iniciar cualquier tipo de relación, tenemos que trabajarnos cada uno de los aspectos de nuestra sombra, cada uno de nuestros miedos y cada una de nuestras creencias limitantes, para poder iniciar una relación desde la libertad.
Si yo empiezo una relación desde el miedo, voy a ser dependiente del otro, si yo empiezo una relación con creencias del tipo «no voy a ser suficiente», voy a hacer sufrir al otro porque le voy a exigir más de lo que el otro me pueda dar.
Para que una relación funcione, las dos personas deben sentirse libres y las dos personas deben elegir estar con la otra porque así lo desean, desde el amor, desde la libertad y no porque no quieren estar solos.
Yo os pregunto a todas estas personas que no encontráis pareja: ¿te sientes solo(a)? ¿quieres estar solo(a)? ¿tienes miedo a estar solo(a)? ¿necesitas a otro(a) para que te complemente? Porque si todas estas respuestas son positivas, no estás preparada para encontrar una pareja.
Una pareja no puede llenar tus vacíos, te los tienes que llenar tu mismo(a) con cuidado, respeto y valoración. Una pareja se elige para compartir y para disfrutar, pero no para hacerte feliz, no para hacerte sentir alguien o para ser reconocido(a).
Por ello mi propuesta es que trabajes en ti para sentirte bien, cuida tu autoestima, tu valoración; cuídate, date el valor que mereces y desde ahí, aparecerá la persona perfecta. Hasta que eso no lo logres irán apareciendo personas en tu vida que te irán mostrando todas tus inseguridades y carencias para que te las trabajes, que también está bien.
Recuerda que cuando tú te sientes feliz, te sientes libre y te sientes en paz, es cuando resultas más atractivo(a) y es más fácil encontrar pareja.
Para tener una relación sana, tú tienes que estar emocionalmente sano(a).